La presión causada por insectos, enfermedades y malezas es la principal fuente de amenaza para nuestro suministro de alimento, ya que compiten con los cultivos por sus nutrientes y le resta a su producción y calidad. Los agricultores dependen de los productos para la protección de cultivos para evitar que estas pestes dañen las plantas y limiten sus cosechas. Sin embargo, conforme los impactos del cambio climático aumentan, la presión de estas plagas se vuelve más extrema – haciendo que el uso efectivo de los productos para la protección de cultivos sea más importante que nunca.